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Están ahí, en el día y en la noche. Inevitables siempre. Mi obsesión por las nubes persiste.

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¿Has notado la gama de colores que tienen los atardeceres? Las nubes son las pinceladas creadoras de esas tonalidades. Los atardeceres son púrpuras, anaranjados, rojos, rosados, amarillos y hasta grises. En una ocasión vi un atardecer chartreuse, aunque suene imposible.

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No pienses que voy comparar las tonalidades con tu estado de ánimo, tampoco les daré un significado, no tiene sentido hacerlo. Lo único que debes hacer es abrir los ojos y mirar al cielo. Tan solo disfrútalo, seca tus lágrimas para que no lo veas borroso. Si te gusta alardear tómale una foto, puede servir para verla cuando quieras o para coleccionar fotos de atardeceres por tonalidades.

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Es tan lejano, tan ajeno a ti, que sólo puedes poseerlos por minutos u horas en tu retina, en tus recuerdos o para siempre en tu cámara de fotos. Es por eso mi obsesión por las nubes, porque sé que aunque no leas esto, todos los días las miras y aunque no lo hagas ellas siguen ahí. Yo hago lo mismo, por eso pienso que quizás ese es mi único vínculo de conexión contigo. Como las estrellas, pero esa es otra historia.

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JEPS